Últimamente, duermo mal. Por la noche, cuando cierro los ojos y dejo de controlar mi mente, sin poderlo evitar, me invaden numerosos ejércitos de pesadillas que pueden, uno a uno, conmigo. Mi subconsciente intenta luchar con fuerza y derrotarlos, pero al final, soy siempre yo la que acabo vencida y derrotada. Les suplico que no me invadan, e intento firmar la paz con ellos, pero no me escuchan. Siempre soy ignorada. Se trata de pesadillas, tan reales, que al despertarme, no las siento como mero producto de mi imaginación, sino más bien como una experiencia vivida de un pasado del que no me acuerdo, o de un futuro que aún desconozco y está por venir. ¡Cuánto quisiera expulsar a estas pesadillas de mi cabeza! Pero esto resulta tan complicado… pues, durante el día, aún tengo algo de poder sobre mi mente pero, mientras duermo, no tengo nada de control sobre ella. Es mi mente la que toma las decisiones por mí y elige en qué pensar.
Entonces, ¿qué puedo hacer para ahuyentar estas pesadas y horribles pesadillas?
Ojala fuera tan sencillo decirlas adiós, como se dice adiós al invierno, al otoño, al frío o a los resfriados. Ojala llegue el día en que, pulsando un botón mágico, se nos cree un escudo invisible en nuestra mente que actúe como un antivirus en un ordenador o como un jarabe frente a los constipados; sí, un escudo anti-pesadillas que nos proteja frente a cualquier posible sueño peligroso y nos elimine, para siempre, todas aquellas cosas que atormentan nuestras mentes, produciendo únicamente dolor, e impidiéndonos seguir viviendo felices y sin miedo. Sí, ojala llegue el día, en el que no temamos recordar el pasado, ni vivir el presente, ni imaginar el futuro. Ojala llegue algún día en el que seamos verdaderos dueños de nuestras mentes y podamos, verdaderamente, elegir en qué pensar y en qué, no.
Mientras tanto, quizá, durante la noche, la única manera de evitar estas pesadillas y, en general, todos los indeseados pensamientos, sea no dormir. Solo así, no sentirán el placer de vencernos, ni nosotros la pena y la angustia por ser vencidos.
Y yo me pregunto... ¿cómo puede ser que nadie haya comentado esta pedazo de entrada? Voy a resumirte mi opinión porque sino será eterna ya que escriba lo que escriba voy a acabar con un "¡me encanta!", me encantan muchísimas frases, muchísimas expresiones e ideas para definir a esas pesadillas que parece que torturan tu mente. Me han gustado las dos entradas, y la introducción, espero poder leer alguna más porque esto promete :) Un beesito artista:)
Últimamente, duermo mal. Por la noche, cuando cierro los ojos y dejo de controlar mi mente, sin poderlo evitar, me invaden numerosos ejércitos de pesadillas que pueden, uno a uno, conmigo. Mi subconsciente intenta luchar con fuerza y derrotarlos, pero al final, soy siempre yo la que acabo vencida y derrotada. Les suplico que no me invadan, e intento firmar la paz con ellos, pero no me escuchan. Siempre soy ignorada. Se trata de pesadillas, tan reales, que al despertarme, no las siento como mero producto de mi imaginación, sino más bien como una experiencia vivida de un pasado del que no me acuerdo, o de un futuro que aún desconozco y está por venir. ¡Cuánto quisiera expulsar a estas pesadillas de mi cabeza! Pero esto resulta tan complicado… pues, durante el día, aún tengo algo de poder sobre mi mente pero, mientras duermo, no tengo nada de control sobre ella. Es mi mente la que toma las decisiones por mí y elige en qué pensar.
Entonces, ¿qué puedo hacer para ahuyentar estas pesadas y horribles pesadillas?
Ojala fuera tan sencillo decirlas adiós, como se dice adiós al invierno, al otoño, al frío o a los resfriados. Ojala llegue el día en que, pulsando un botón mágico, se nos cree un escudo invisible en nuestra mente que actúe como un antivirus en un ordenador o como un jarabe frente a los constipados; sí, un escudo anti-pesadillas que nos proteja frente a cualquier posible sueño peligroso y nos elimine, para siempre, todas aquellas cosas que atormentan nuestras mentes, produciendo únicamente dolor, e impidiéndonos seguir viviendo felices y sin miedo. Sí, ojala llegue el día, en el que no temamos recordar el pasado, ni vivir el presente, ni imaginar el futuro. Ojala llegue algún día en el que seamos verdaderos dueños de nuestras mentes y podamos, verdaderamente, elegir en qué pensar y en qué, no.
Mientras tanto, quizá, durante la noche, la única manera de evitar estas pesadillas y, en general, todos los indeseados pensamientos, sea no dormir. Solo así, no sentirán el placer de vencernos, ni nosotros la pena y la angustia por ser vencidos.
Soy una chica que no se conforma solo con soñar, sino que aspira a cumplir sus sueños; gran defensora del amor como ley y de la paz como modo de vida. Me considero dichosa por vivir cada día de acuerdo a mis ideas y opiniones, sin engañarme a mí ni a nadie, y sin dejarme arrastrar por ese gran colectivo tan influenciable llamado sociedad. Con una sonrisa siempre en la cara, no dudo en ayudar a alguien cuando lo necesita, aun siendo consiente de que ellos en mi lugar no lo harían.
Adoro escribir, quizás porque busco entre las palabras esa felicidad que no encuentro muchas veces entre las personas.
No contaré mucho más sobre mí; prefiero que me conozcan a través de mis palabras. Como dijo Rudyard Kipling:
"Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad."
Pretendía escribir una descripción del blog en este espacio, pero por más que lo intento, no me salen las palabras, quizás porque ni yo misma conozco el sentido de este blog.
De lo que sí estoy segura es que en este blog no encontrarán nada que no sean palabras y más palabras, algunas impulsadas por dudas o miedo, otras quizás por amor...
Les recomiendo entonces que si desean conocer en qué tipo de blog se encuentran, lo lean y lo juzguen por sí mismos.
Como en todas partes, hay unas normas que cumplir. Supongo que son muy obvias, pero es mi obligación recordárselas, para que no haya malos entendidos después.
Quedan prohibidos todos los comentarios ofensivos y de mal gusto.
Prohibido copiar, aunque sea solo intentarlo. Supongo que, como yo, tienen un cerebro y una cabecita para pensar. Espero que su blog sea verdaderamente suyo y no una mera copia del mío en versión cutre.
No me pidan que siga su blog, porque ni sigo ni seguiré nunca ningún blog por compromiso. Pueden pedirme que me pase a visitarlos y con mucho gusto lo haré, pero la decisión de seguir un blog es mía y solamente mía.
Nada de spam. Odio los comentarios que únicamente contienen la dirección de sus blogs. Les aviso que serán automáticamente borrados y ni siquiera me molestaré en pasarme por sus blogs. Y si lo hago será únicamente con la intención de spamearlos. (Ojo por ojo, diente por diente).
Todo lo que encuentren en este blog está protegido. No se busquen problemas.
Y yo me pregunto... ¿cómo puede ser que nadie haya comentado esta pedazo de entrada?
Voy a resumirte mi opinión porque sino será eterna ya que escriba lo que escriba voy a acabar con un "¡me encanta!", me encantan muchísimas frases, muchísimas expresiones e ideas para definir a esas pesadillas que parece que torturan tu mente. Me han gustado las dos entradas, y la introducción, espero poder leer alguna más porque esto promete :)
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