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15/06/2012 ~
Qué hacer cuando el mundo en el que vives, firmemente construido hasta ahora, comienza a derrumbarse bajo tus pies, cuando no ves posible confiar en nada ni en nadie, cuando la oscuridad y la tristeza antes escondidas salen a tu encuentro en cada esquina, cuando te niegas a dar más pasos hacia delante porque siempre te llevan a retroceder veinte hacia atrás, cuando el que habla es tu silencio, cuando te ves obligada a forzar cualquier sonrisa y a esconder todas tus lágrimas, cuando te levantas creyendo ser feliz y te acuestas dándote cuenta de que todo había sido una ilusión, un mero espejismo que te aislaba de la realidad… ¿Qué hacer?  Se puede agachar la cabeza, bajar la mirada y fijarla para siempre en el suelo, encogerse de hombros y caminar por la vida sin hacer ruido, en silencio, mostrándote indiferente ante la vida porque sientes que así lo es ella contigo; caminando sin esperar que nada bueno llegue a ti, sin querer aportar nada nuevo y sin tratar de buscar y dar un motivo, un por qué, a tu existencia. O se puede ir por la vida con la cabeza en alto, mirando a los ojos a las personas, mostrando que no has dejado vencer al miedo inicial y que, en su lugar, has optado por luchar; comprendiendo que la vida no es sencilla y que, a pesar de ser muchos los golpes iniciales, hay también muchas cosas por las que sonreír y, encontrarlas, debe ser nuestro objetivo principal en la vida. Yo he elegido luchar, aunque ello conlleve recibir golpes muy duros de vez en cuando. Pero si algo tengo claro es que prefiero una vida llena de heridas, pero con una meta y un objetivo claros que perseguir, a una en la que reinen la frustración y la insatisfacción por no tener nada ahora y tampoco querer aspirar a nada en el futuro. "Lo importante no son las veces que te has caído, sino las que te has levantado." (Pasado | Futuro) Soy una chica que no se conforma solo con soñar, sino que aspira a cumplir sus sueños; gran defensora del amor como ley y de la paz como modo de vida. Me considero dichosa por vivir cada día de acuerdo a mis ideas y opiniones, sin engañarme a mí ni a nadie, y sin dejarme arrastrar por ese gran colectivo tan influenciable llamado sociedad. Con una sonrisa siempre en la cara, no dudo en ayudar a alguien cuando lo necesita, aun siendo consiente de que ellos en mi lugar no lo harían. Adoro escribir, quizás porque busco entre las palabras esa felicidad que no encuentro muchas veces entre las personas. No contaré mucho más sobre mí; prefiero que me conozcan a través de mis palabras. Como dijo Rudyard Kipling:
Pretendía escribir una descripción del blog en este espacio, pero por más que lo intento, no me salen las palabras, quizás porque ni yo misma conozco el sentido de este blog. De lo que sí estoy segura es que en este blog no encontrarán nada que no sean palabras y más palabras, algunas impulsadas por dudas o miedo, otras quizás por amor... Les recomiendo entonces que si desean conocer en qué tipo de blog se encuentran, lo lean y lo juzguen por sí mismos.
Como en todas partes, hay unas normas que cumplir. Supongo que son muy obvias, pero es mi obligación recordárselas, para que no haya malos entendidos después.
 
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