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No tengas miedo
- No tengas miedo Ben, todo saldrá... bien. - No sufra por mí, madre, soy fuerte. Y lo seré cuando llegue la hora. Las manos sudorosas de hijo y madre se agarraron como nunca antes habían hecho, con una fuerza que ambos desconocían tener. Ella luchaba por no borrar la sonrisa de su rostro, mientras él trataba de mostrarse firme, sin temblor alguno en su cuerpo. Fallidos resultaron, no obstante, los intentos de ambos por ocultar el miedo que sentían; las lágrimas que desfilaban por sus rostros y el terror de sus miradas les delataban. Fuera de casa, los gritos de personas suplicando clemencia se perdían entre el ruido de las ametralladoras y la explosión de las bombas. La nieve que cubría los campos se había teñido de un rojo violeta y la corriente del río que acostumbraba a transportar agua, barro y piedras, ahora también arrastraba cadáveres. Disparo a disparo, persona a persona decía adiós para siempre a sus seres queridos, a su derecho a vivir, a la vida. Muertes en vano que en ningún caso causaban alegría, solo dolor. Pasos cada vez más cercanos a la casa comenzaron a escucharse dentro. Una fuerte patada derribó la puerta a la primera, partiendo la frágil madera en dos. Militares con las armas por delante entraron en la casa dando gritos y ordenando a sus ocupantes no moverse. Ben miró a su madre lleno de espanto. Ella le devolvió la mirada más tierna que pudo. Despegaron sus labios temblorosos y antes de pronunciar palabra, se dieron el que sería su último beso. -No me suelte la mano, madre. ![]() Abrazados quedaron, sintiendo en su piel los escalofríos del otro. Con los ojos cerrados e inmóviles, sin oponer resistencia, se limitaron a esperar. Dos disparos certeros atravesaron finalmente sus cuerpos, que no tardaron en ser derribados y caer. Mano con mano, quedaron tendidos en el suelo helado. La sangre corría por sus cuerpos; sus lágrimas ya se habían secado. Nada se ganó ese día, pero fue tanto lo que se perdió… vidas de madres que no deseaban más que ver crecer a sus hijos, y de hijos que no deseaban más que vivir. Vidas de inocentes arrancadas injustamente por el poder, la ira y el orgullo de otros. (Pasado | Futuro) Soy una chica que no se conforma solo con soñar, sino que aspira a cumplir sus sueños; gran defensora del amor como ley y de la paz como modo de vida. Me considero dichosa por vivir cada día de acuerdo a mis ideas y opiniones, sin engañarme a mí ni a nadie, y sin dejarme arrastrar por ese gran colectivo tan influenciable llamado sociedad. Con una sonrisa siempre en la cara, no dudo en ayudar a alguien cuando lo necesita, aun siendo consiente de que ellos en mi lugar no lo harían. Adoro escribir, quizás porque busco entre las palabras esa felicidad que no encuentro muchas veces entre las personas. No contaré mucho más sobre mí; prefiero que me conozcan a través de mis palabras. Como dijo Rudyard Kipling:
Pretendía escribir una descripción del blog en este espacio, pero por más que lo intento, no me salen las palabras, quizás porque ni yo misma conozco el sentido de este blog. De lo que sí estoy segura es que en este blog no encontrarán nada que no sean palabras y más palabras, algunas impulsadas por dudas o miedo, otras quizás por amor... Les recomiendo entonces que si desean conocer en qué tipo de blog se encuentran, lo lean y lo juzguen por sí mismos.
Como en todas partes, hay unas normas que cumplir. Supongo que son muy obvias, pero es mi obligación recordárselas, para que no haya malos entendidos después.
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